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El Gobierno invertirá 35 millones en renovar el trasvase Júcar-Turia y lo hará reversible

El canal Júcar-Turia, una de las obras más importantes para la gestión del agua en Valencia, se ha quedado obsoleto. El Ministerio de Medio Ambiente ha encomendado a la empresa pública Acuamed un proyecto destinado a garantizar el óptimo funcionamiento de la infraestructura en los próximos años bajo un nuevo concepto que incluye tres conducciones separadas -dos para el riego, de ellas una con agua residual depurada- y otra exclusiva para abastecer Valencia.

El Ministerio de Medio Ambiente ha encomendado a Acuamed la redacción del proyecto de rehabilitación del canal Júcar-Turia con un presupuesto aproximado de 35 millones de euros y destinado a garantizar la seguridad del abastecimiento urbano de Valencia, evitar las pérdidas por filtraciones- de 12 a 13 hectómetros anuales- y resolver el crecimiento de ciudades y urbanizaciones hacia la barrera que constituye el canal.
El proyecto, según el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, Juan José Moragues supone un «cambio radical» sobre anteriores propuestas de modernización «no ejecutadas» y su diseño ha sido, aseguró, bien aceptado por los usuarios: el canal Júcar-Turia (regadíos), Valencia y su área metropolitana y Sagunt (abastecimientos urbanos).
El canal Júcar-Turia, un trasvase real de recursos hídricos que nace en Tous y termina en el Turia cerca de Manises, tiene casi 60 kilómetros de longitud y arranca con un túnel, el de la Escala, de cinco kilómetros de longitud, del que sale un canal a cielo abierto, con sifones (4) y acueductos (17), durante algo más de 46 kilómetros.
El trasvase atraviesa por un túnel de 2 kilómetros la montaña del Vedat de Torrent y pasa también en túnel al aeropuerto de Manises.
Pese a los servicios que ha prestado al regadío valenciano y a la ciudad de Valencia llevando el agua potable del Júcar hasta Picassent y Manises, las dos potabilizadoras de la ciudad, el trasvase se ha quedado obsoleto.
Joaquín Andreu, director técnico de la CHJ, aseguró que además de la antigüedad de la conducción, la servidumbre de tener que transportar siempre agua para no interrumpir el abastecimiento a Valencia ha dificultado y dificulta todavía hoy las labores de mantenimiento.
«Existen también algunos cruces con barrancos que drenan sus arrastres en el canal con materiales no deseados que pueden contaminar el agua y que en todo caso hacen muy difícil la conservación», añadió.
El proyecto final está pendiente de definición aunque Joaquín Andreu aporta algunas claves: estará totalmente cubierto y con al menos tres conducciones separadas: la del agua potable de Valencia, la que conducirá el caudal para el regadío y un tercer carril por el que circulará agua residual depurada para completar las dotaciones del canal, demasiado ajustadas para las necesidades reales de la zona regada.
Algunos de los tramos de las conducciones, en especial la de aguas residuales y la de abastecimientos urbanos, se diseñaran para que sean reversibles y el agua pueda circular en las dos direcciones. Este diseño reversible es especialmente importante para garantizar el suministro de agua potable a Valencia y el área metropolitana bien desde Manises o desde Picassent y con aguas del Júcar o el Turia.
Juan José Moragues concluyó afirmando que una vez terminado el canal será «una obra de la que los valencianos se podrán sentir orgullosos».

Fuente: Levante

Categorías : Medioambiente
 
 

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