El otro día nos comentó un miembro de ADENE las sucesivas lesiones sufridas por una garrofera de su propiedad ubicada en un olivar que tiene en el Terrero Blanco. La garrofera se encuentra situada en un extremo del campo, lindando con otro campo, y tiene un perímetro basal de 4,60 metros, lo que nos hace pensar que estará próxima a los 200 años de edad, (se plantó cuando los españoles estábamos librando la guerra de la Independencia contra los franceses). Sucesivamente y poco a poco alguien ha ido amputando hasta tres enormes cimales con una motosierra, produciéndole una descompensación estructural que le puede llevar a la muerte.
Nos gustaría que estas acciones no volvieran a repetirse, ya que demuestran el poco respeto por la naturaleza que algunas personas tienen. Los árboles son seres vivos que debemos cuidar y no tiene ninguna justificación el maltratarlos, y menos, si además no son de nuestra propiedad.
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