J. Sierra, Valencia- Levante EMV.
Las balsas construidas para acumular agua en zonas forestales y usarla en camiones cubas y helicópteros en caso de incendio se han revelado como una trampa mortífera para decenas de aves protegidas, algunas en grave peligro de extinción como el águila real o el águila perdicera. La conselleria de Territorio es conocedora de esta problemática desde el año 2001, en especial por la repetición de casos registrada en el Valle de Ayora, aunque de momento no ha adoptado iniciativas para resolver el problema, según recordó ayer la Asociación de Lucha contra Incendios de Ayora- La Valle.
En agosto de 2005, Levante-EMV publicaba la muerte por ahogamiento de un águila real en la balsa contra incendios del Refugio Palomera de la Hunde, un monte público de la Generalitat Valenciana. El pasado 13 de noviembre, los ecologistas volvían a repetir los mismos pasos que entonces trasladando para su autopsia al Centro de Recuperación de Fauna Salvaje de El Saler un nuevo ejemplar de águila real. La última semana de octubre de este mismo año se ahogaba otra águila real en la Balsa Juey, de Jarafuel, cuyo cadáver fue trasladado a El Saler.
La Asociación de Lucha Contra-Incendios, integrada en Ecologistas en Acción, recuerda que existen centenares de balsas de este tipo que se han convertido en extremadamente peligrosas para la fauna, en especial para especies como el águila perdicera -en peligro de extinción y con una población de 20 parejas en la Comunitat, la mayor de España y una de las principales del mundo- o el águila real, también amenazada. Según explicaron, las aves se acercan a estas balsas, acuciadas por la sequía, y se encuentran con depósitos llenos a media altura donde es muy difícil beber. Si caen al agua ya no hay escape posible y mueren por ahogamiento.
Los ecologistas destacan que en en el Valle de Ayora se localizan dos parejas de águilas reales en la Sierra de Palomera y en la Sierra Boquerón, que, como es habitual en esta especie, tienen un índice de natalidad muy bajo, con una, dos o ningún pollo al año. «Si las muertes por ahogamiento debido a un mal diseño de las balsas continua a este ritmo y considerando que la fertilidad reproductora de especie se sitúa entre los 10 a los 25 años, podrían llevar a su extinción en la zona ya que el porcentaje de muertes supera al de nacimientos», aseguraron. «El mal diseño de la estructura de las balsas y su inadecuada ubicación, incluso para el cometido que se les tiene asignado, provoca que el 90% de la población de águila real muera ahogada», declaró un portavoz de la Asociación. «En la granja de El Saler hace tiempo que debían haber sonado las alarmas porque casi todas las rapaces procedentes de El Valle entran ahogadas», concluyó Los antecedentes: En agosto de 2001 se ahogó un águila en la balsa de la Marzala, en Jarafuel.
La conselleria fue informada y decidió adoptar medidas: cubrió la balsa con malla metálica, de modo que las aves no caían en la trampa… pero los helicópteros tampoco podían cargar. A raíz de esta denuncia, la conselleria elaboró una normativa dirigida a modificar el diseño de las balsas y evitar los ahogamientos. Sin embargo, se han seguido construyendo nuevos depósitos con dinero público sin aplicar las medidas de precaución que se exigen a los particulares que construyen este tipo de balsas y apenas se ha actuado sobre las ya construidas con anterioridad. …………………………A la serra, no tots els dipòsits tenen una rampa per tal que els animals que cauen puguen eixir, l’ultim en construir-se, el de la font dels Bujes, ja en té. Aquesta rampa d’obra (també hi han d’altres materials: fusta, reixetes metàl.liques etc), no és ni massa complicada, ni massa costosa d’executar, i en canvi té grans beneficis per a la fauna.
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