Esta mañana hemos podido deleitarnos desde nuestro balcones y ventanas con el majestuoso vuelo de tres ejemplares de águila culebrera que surcaban el cielo de Enguera. Estas rapaces se alimentan, como su nombre indica, de culebras y por ello se van en invierno a sitios más cálidos y vuelven en primavera.
Ya barruntan el buen tiempo, la vida que brota después del invierno y seguramente, hasta el final del confinamiento a que está sometida la humanidad.
Este año, debido a los días de mal tiempo que estamos teniendo, van con un poco de retraso y como buenas navegantes aprovechan los días soleados para viajar. Pronto comenzaran las disputas por el territorio y después la época de celo y reproducción, completándose otra vez el ciclo de la vida.
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