Este fin de semana los voluntarios de ADENE que realizaban vigilancia para la prevención de incendios han tenido un día movido y no por los incendios. Un particular que tenía la balsa de riego vacia por la escasez de precipitaciones, aprovechó la ocasión para limpiar de tarquín la susodicha y ante su asombro aparecieron un centenar de gallipatos aletargados en el lodo. Nos llamó para comunicárnoslo y decidimos rrepartirlos ejemplares entre las balsas de la zona como la del Puntal, la Matea o el tío Emilio entre otras. El gallipato es un anfibio autóctono y en épocas de sequía se esconden en el barro como lo hacen los sapos o ranas esperando las lluvias. Un pequeño gesto para mantener nuestra riqueza faunística.
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