A pesar de lo llamativo del titular, no se va a instalar ningún vertedero ni ninguna instalación maloliente en nuestra sierra, pero vamos a hablar un poco de excrementos. Cuando andamos por el monte, vemos las plantas y oímos a los pájaros, pero muchos de los habitantes del bosque nos pasan desapercibidos. Entre ellos están esos seres esquivos o de hábitos nocturnos que no vemos, pero que nos manifiestan su presencia a través de rastros, como sus excrementos. En este caso podríamos decir eso de, dime como defecas y te diré quién eres. En la foto de esta noticia apreciamos excrementos de unos 15 cm de largo, retorcidos y de contenido variado que va desde frutos a pequeños mamíferos. Pero lo que llama más la atención es que se han depositado todos juntos, a modo de letrina, colocados sobre bloques de piedra, altos y visibles.
Esto nos indica que estamos en el territorio de la gineta, ese pequeño carnívoro peri-urbano que se parece a un gato, de pelaje moteado a franjas en el dorso, mientras que la cola, larga y peluda, presenta unos anillos oscuros.
El poderla ver ya sería una lotería para nuestros ojos.
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